...por una ciudad sustentable

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01 agosto 2013

La vigencia de nuestros ancestros

El 1 de agosto, en varios países de América Latina se revive el ritual de agradecimiento a la tierra, un rito que sobrevivió a la colonización española; traspasó fronteras y en la actualidad se introdujo en las creencias urbanas. Pero más allá de la ciudad o país que lleve adelante los rituales, la Pachamama demuestra la resistencia de los pueblos originarios, la defensa de sus creencias y cosmovisiones. Es la supervivencia de la cultura e historias ancestrales, la sobrevida de una visión compleja que une al hombre y a su verdadera cuna: la Tierra.
Hoy se da el nombre Pachamama, a la tierra en un concepto deificado. Es la Madre Tierra, como la representación del dios del bien, ella que nos demuestra generosidad en todo sentido, haciendo mudar los frutos u ofreciéndonos los minerales y riquezas guardadas en su seno.


A esta deidad periódicamente se le rinde pleitesía mediante el acto ritual denominado Challa, en afán de reparar con este rito  la acción humana de hollar en su seno, al mismo tiempo se agradece los bienes que nos ofrece para nuestro sustento o las riquezas que guardaba en su seno, pidiendo que no deje de favorecernos.